Hace un año más o menos publicaba una entrada en la que comentaba mi opinión sobre el Dragon Age Origins después de terminarlo y básicamente se puede resumir en que me gustó mucho y, como bien podéis suponer, estaba a la espera de que la segunda parte saliera.

Y salió y al segundo día ya vimos que no era lo mismo… Sniffff, ¡se lo habían cargado! Si en su día mencionaba que el Dragon Age Origins se acercaba en muchos aspectos al mítico Baldur’s Gate 2, su sucesor se aleja de tal manera que cualquier parecido es pura coincidencia.

¿Por qué? Sencillo, como han sacado versiones para consolas han decidido que hay que hacerlo fácil y accesible para todos, así que han decidido cosas tan guays como por ejemplo que sólo puedas equipar armaduras y demás a tu personaje (el resto van con la de salida todo el juego), que los objetos de valor dudoso directamente se engloban en una categoría de chatarra para vender, que en el mapa te pongan siempre dónde está el objetivo, las conversaciones pasan a ser un “Elijo la primera que es la de bueno, la del medio que es broma o la de abajo que es a las malas” y adiós todo tipo de profundidad y posibilidades y así unas cuantas cosas más.

Si no se llamase Dragon Age, pues quizás podría decir que es un juego entretenido, pero teniendo un predecesor de tal calibre, ¿cómo pueden pensar que no nos vamos a quejar con lo que nos han dejado?

Encima hay una cosa que me fastidió bastante: el Dragon Age Origins te daba unos cuantos arcos argumentales con tus compañeros que se quedaban a medio abrir y que, demonios, hacían que quisieras jugar a la segunda parte para ver que había pasado con ellos… Pues resulta que todo lo que pasó en la primera parte no tiene repercusiones reales, sino que todo son pequeñas referencias y algunas cosa que dirás “¡Ey!”, pero por ejemplo, ¿qué pasó con Morrigan? Pues nada, de ahí no se sabe nada… ¬¬

La historia te sitúa como XXXX Hawke (sí, no te dejan elegir apellido, así que ponte el nombre que quieras, da igual) y, como tal, siempre serás un humano que podrá elegir exclusivamente entre guerrero, mago o pícaro; en fin, eres un refugiado de Ferelden que intenta buscar su sitio. Y para ello llegas a la ciudad en la que estuvo una vez tu familia y ahí tienes que forjarte una vida. Allí encontrarás una serie de compañeros más o menos carismáticos que te acompañarán y complementarán tu especialización y te darán alguna que otra conversación (pero claro, no te esperes alguna conversación excesivamente amplia, dado que siempre irás por los caminos predefinidos) y unas cuantas misiones extras.

Tú vida se divide por capítulos, entre los cuales pasan bastante tiempo y te llevan a un punto de mayor estatus y más cerca del final del juego, claro está :P Y hasta ahí voy a leer.

Tecnológicamente el juego tiene unos gráficos que yo diría que son superiores a los de la primera parte, aunque habría que pensarlo un poco dado que es el estilo el que ha cambiado, así que quizás no haya tanta diferencia en ese aspecto. Por el sonido bien, pero la banda sonora es inferior sin duda y el modelado del mundo es de lo más triste que te puedes imaginar. Según empiezas a jugar te quedas con la boca abierta, pero es que no paras de pasar por los mismo parajes y lo único diferente que te encuentras es que el laberinto base le abren o le cierran una puerta y poco más… ¡te pasas todo el juego en los mismos 5-7 laberintos! :S

En resumen, el juego es entretenido, pero es tan inferior a la primera parte que la sensación que te deja en la boca es mala, bastante mala y que nos han tomado por inútiles por la forma en que han simplificado el juego.

Aquí os dejo con uno de los vídeos de presentación del juego: