De una alcoholica recuperada puedo decir que escapaba un rato de la realidad. Como toda droga… pero entre que descubri que después es peor la vuelta a la realidad y es mejor actuar que escapar y que mi estómago ya no me lo permite, pues lo he dejado completamente. Hay gente que necesita desinhibidores para superar sus propias barreras y pasárselo bien. Pero desde que dejé de beber también dejé de salir… es una sensación muy fuerte de estar fuera de lugar cuando estás rodeada de gente pedo. Porque ellos creen que se lo están pasando de muerte y tú sólo piensas lo patéticos que podemos llegar a ser los seres humanos. Y en cuanto a las drogas blandas decir que me anestesiaban de la realidad. Era una sensación exclusiva el poder sumirme en un tremendo sueño (del de dormir). Eso sí, tremenda paranoia si era en un sitio público porque lo único que quería era encontrar una cama y dormir (cuando tuve insomnio fueron de gran ayuda XD ahora necesitaria de anfetas… soy una marmota). Esas eran mis razones.

He de admitir que el consumo irresponsable del alcohol puede acabar en patetismo y cosas como las que se vieron en pozuelo. Ademas de tremendas resacas y es que con la edad los excesos cada vez se pagan mas caros.

Sin embargo el consumo razonable (un par de copas de vino o una creverza) sobre todo mientras comes, puede mejorar en muschos casos la experiencia gastronómica.

Hail to the Hypnotoad

Y tan incomprendido… es igual que el tabaco, de primeras a nadie le gusta el sabor (ni el olor) y aún así siguen hasta terminar “enganchándose” la mayoría de las veces por encajar en el grupo en el que se está (en el caso de los adolescentes)
Yo en su día también dejé de salir por este motivo, como bien explicó Erzsebet resulta ridículo estar en medio.
Aun así lo del tabaco lo entiendo menos todavía…

Yo el gusto por el alcohol lo comparo al gusto por lo picante.

El picante de por sí no es agradable, pero mezclándolo con otro sabor se le añade a ese sabor un “puntín de gracia”. De esta manera el alcohol sería el “picante” de la bebida.

De la misma manera que hay gente que el picante no le gusta, tampoco le gusta la sensación del alcohol en una bebida, y hay gente a la que sí.

Y de la misma manera que hay gente que aunque tenga una úlcera como un dorito en el estómago come picante porque le gusta mucho y no es capaz de controlarse, hay personas que aunque sepan que alcohol en exceso es malo para el organismo, les gusta tanto que no son capaces de parar cuando deben.

Ahora… hay una cosa que distingue bastante el alcohol del picante, y es que el picante no afecta al cerebro, y ahí es donde el alcohol empieza a ser peligroso de verdad.

Porque, como una amiga de mi novia dijo comparando los efectos nocivos y adictivos del alcohol y del tabaco: “Un tío cuando fuma demasiado noche tras noche, no le da por pegar a su mujer y violar a su hija al volver de juerga”.

La cosa es seria.