Y de paso todo el kit para luchar contra el calor (aire acondicionado, abanicos, hielo, etc) o también, si fuera posible, algún hechizo de frío constante o el traje del Doctor Frío de Batman…

Tiemblo al pensar que mañana volveré a levantarme y saldré a la calle. En el momento en el que el pérfido sol golpea mi piel empieza la letanía de todo corredor de fondo: un poco más, un poco más O_O. Un paso y otro paso, corriendo hacia la sombra más cercana (¿alguien me presta una sombra gigante portatil?), llego por fin a la central del dolor, también conocida como Avda. América.

Entrando y bajando al nivel de los autobuses (los que no conozcáis esta estación, solamente os tenéis que imaginar un recinto cerrado lleno de autobuses en marcha soltando humos por doquier), llego al punto de otra dimensión. Veo un laaargo pasillo de autobuses (más o menos, porque alguna que otra gota de sudor va cayendo) y un montón de ventiladores moviéndose y, algunos, soltando líquido para intentar refrescar más (aunque realmente lo que más refresca son los que tienen una fuga de agua xD) y empiezo a cruzar los dedos para intentar encontrar uno que esté a punto de salir y pueda entrar y disfrutar del aire acondicionado ^^.

Dentro, empiezo a sentir que vivo y, mientras llego o no, voy encendiendo y leyendo en mi n800 (ahora mismo estoy leyendo el primer libro de Elminster) pero, rápidamente llego ya al centro de trabajo y, jopelines, toca salir…

Por si se me olvidaba que el mundo es un lugar malo, solo salir del autobús, golpea con furia los humos del autobus, el calor del asfalto y el sol abrasador en modo brasa del infierno por arriba… Venga, ánimos, que solo queda avanzar rápidamente por una pasarela y encontrar tras unos 4 – 5 minutos una pequeña sombra y llegar por fin a la meta del trabajo… Y sí, ¡¡¡trabajar es bueno mientras tengo aire acondicionado dentro!!! ;)