Como todos os habréis dado cuenta hace tiempo, pasado un cierto periodo, siento la necesidad de cargarme mi actual sistema operativo para ver las bondades de otros… Sé que podría coger y virtualizar los otros para ver que tal son; lo único es que después las dependencias del hardware son tan fuertes que finalmente no me sirven esas pruebas.

Pues bueno, he estado durante un mes o así con una Kubuntu 9.04. La verdad es que la primera impresión me gustó por la velocidad que tenía (y volver al apt-get, claro) pero poco a poco fui viendo los problemas que siempren acongojan a esta distribución, los cuales los podemos resumir en una integración pésima de todo y que revienta por doquier.

En fin, me lo imaginaba, así que decidí dar el cambio a la versión de Ubuntu 9.04, la cuál la había probado en el portatil y, demonios, iba muy bien. Así que aunque fuera con gnome, habría que intentar usarla… Ainsss, inocente de mi, los cuelgues fueron continuos (mucho mayores que con la Kubuntu), así que me imagino que hay algunas cosillas en mi hardware que no le acaban de gustar, así que pardiez… ¿Ahora que hago?

Como tenía la mosquilla con gnome (eso de darle una oportunidad aun retumbaba), me tiré hacia la SUSE 11.1 pero con gnome. Y bueno, funcionar funcionaba, pero… ¡¡qué feo!! (vale, sé de muchos que opinan lo mismo de kde, pero es que gnome parece una entorno de hace un par de millones de años y sin evolucionar). Claro, con esa perspectiva al día siguiente estaba eliminado ya del sistema.

Recordaba que SUSE siempre me había parecido estable, así que volví a la versión kde a través de la versión reloaded que publicaron extraoficialmente desde SUSE (hay que recordar que SUSE sólo saca una versión al año y justo coincidió cuando kde estaba todavía con la versión 4.1). La verdad es que me decepcionó bastante la velocidad con la que iba, aunque era relativamente estable, pero lenta, lenta, lenta. Sinceramente creo que la integración que hace SUSE de kde es muy buena, pero esa integración fue para la versión 4.1 y ésta versión está en los repositorios no estables…

Así que salto de nuevo, y esta vez a Fedora. Primero probé la versión beta de Leonidas, que se liberará en cuestión de un mes aproximadamente. Realmente me impresionó lo moderna que es (aunque me aterrorizó que solo arrancar hubiera un pequeño applet diciendo que mi disco duro tenía un fallo leve :S)… Molaba, molaba, así que me puse a configurarlo y, jopelines, ¡reventó también! Bueno, vale, se puede soportar porque era una versión beta… quizás la estable actual fuera bien, así que la instalé de nuevo y, ¡reventón también!

Sinceramente empezaba a ponerme mosca con tantos reventones que daba todo (o lentitude por parte de SUSE), ¿tan poco soportado estaba mi sistema base?

Así que pensé en mis tres alternativas siguientes:

1. Debian. La desestimé casi de inmediato desde que supe que las versiones de 64 bits de kde estaban destrozadas y más por experiencias concretas para lograr ciertas cosas que se tienden a hacer en escritorio. Y reconozco que es una distribución estupenda pero…
2. Arch. Ya sabéis que la he mencionado anteriormente. Es una distribución en la que todo lo tocas tú, de arriba a abajo y te deja un sistema muy rápido y con todo el software actual que quieras. Sin embargo por un lado no tengo mucho tiempo para ir probando (en cuanto la versión de kde “prefabricada esté lista en 64 bits le echaré un vistazo de nuevo; por si os interesa, el proyecto se llama Chakra y está aquí) y además es conocida la aversión de sus creadores hacia ATI, así que vamos a dejarla por ahora.
3. Mandriva…

Si señores, la tercera y gabacha opción es la que finalmente se ha llevado el trono durante una temporada al menos.

Realmente no me lo esperaba (y eso que, junto con la Red Hat 7.0 fue de las primeras que usé cuando todavía se llamaba Mandrake), pero todo fue genial desde el principio. Me bajé la versión free de 64 bits (curiosamante la única de 64 bits que había) y la instalé. Todo fue bien a la primera y utilizaba correctamente los paquetes de 64 bits (parece una tontería, pero muchas distribuciones tienden a hacerse un lío intentando coger paquetes de 32 bits y armar un cacao tremendo).

Una vez configurado y preparado en su versión de KDE 4.2.3 (actualicé a los directorios cooker) sólo os puedo decir que es tremendamente estable y rápida; pardiez, creo que ningún linux había estado en estas condiciones en este ordenador.

Tengo pendiente una mejor utilización del urpmi (gestor de paquetes) y creo que nada más…

Así que si tenéis dudas, echar un vistazo profundo a vuestra distribución gabacha amiga; por mucho que digan de que es una distro para principiantes o que no es nada en comparación de Ubuntu, la verdad es que el acabado deja en ridículo a la distro “africana” y la facilidad de uso no implica ser para principiantes.

¡Hasta el próximo venazo linuxero!