Y es que cualquier día de éstos se nos va a morir de un ataque cardiaco los mandriles del centro de España.

Para que os hagáis una idea, he vuelto a Madrid a través del coche de un compañero de trabajo que venía de Galicia. Así que íbamos contentos y felices por las autovías españolas (¡aupa la a6!), cuando a la altura de Tordesillas nos encontramos con un atasco del copón. Literalmente nos tuvimos que detener e ir avanzando muuuy lentamente, hasta que unos 30 minutos más tarde empezamos de nuevo a movernos porque por lo visto el problema estaba en el desvío a Valladolid.

En fin, continuamos, continuamos y vimos un cartel de esos luminosos en el que te dejas los ojos por su luminosidad, que había 30 kilómetros de retención y un tiempo estimado de 110 minutos… O_O!!!!

Así que ahí pillamos el desvío para ir por los Ángeles de San Rafael y tuvimos el momento más mágico del día. Como os podéis imaginar, era ya de noche pero gracias a la arquitectura de la entrada por la AP6, pudimos ver de nuevo otro anochecer… Resulta que el atasco era tan enorme y de tanta longitud, que desde lo lejos se veía un fulgor rojizo coronando el horizonte… ¡Lástima de no haber llevado la cámara de fotos!

Si es que al final tendré que dar las gracias a la concentración de población de Madrid y a sus infraestructuras de entrada (¿por qué directamente no dejaron pasar a todo el mundo por el aduanero sin tener que pagar?) por darme la mágica imagen de ver dos anocheceres en menos de 3 horas…