El otro día probé expectante la versión final de la nueva hornada de KDE y solo se me ocurre una pregunta para ellos… ¿entienden la diferencia entre versión final y beta?

Sé que lo han mencionado bastantes veces, que ésta es solamente la punta de lanza de la nueva familia, pero realmente no entiendo como pueden sacarlo sin el apelativo de beta, porque realmente no es usable como escritorio, con lo que como versión final no funciona.

Los motivos son variados: empezando porque tiene numerosos fallos que dejan el escritorio inutilizable, pasando a que el rendimiento es penoso, que no se puede configurar la aceleración gráfica de ninguna manera, que casi no se pueda modificar nada de lo que viene (yendo ésto en contra de lo que predica KDE), que la organización es caótica y la aparición sin casi aplicaciones que estén en su misma rama de desarrollo.

Realmente lo que me molesta es que se publique como versión definitiva, no como beta; igual que las últimas betas que se publicaron eran casi más bien alfas. Si no eran capaces de llegar a tiempo a las fechas que habían previsto (cosa más que habitual en este mundillo), pues se alargan las fechas más que un simple mes, porque sino lo que consiguen es que lo prueben muchísimas personas (la expectación que se ha creado es tremenda) y luego solo quede la imagen de algo cutre en la retina y no se vuelva a probar.

En mi opinión, ha sido un error sacar esta versión “final” tan pronto. Si tenían previsto que las mejoras de verdad vinieran con la versión 4.1 o posteriores, deberían haber esperado hasta entonces para publicarlo.